Ambiente, carga laboral y burnout en enfermeras de hospitales públicos de Chile 2021
Aunque la investigación sobre burnout data de la década del 70, reconociéndose desde entonces su vinculación a las profesiones que brindan cuidados, a la fecha, no hay estudios que evalúen, desde una perspectiva nacional, cómo afecta este síndrome a las enfermeras que trabajan en la red pública de hospitales en Chile. Los hospitales públicos chilenos históricamente han sufrido de inadecuada gestión y escasez de recursos, lo que influye negativamente en aspectos del entorno de trabajo de las enfermeras que predisponen a burnout. Entre dichos aspectos se identifican la insuficiencia de personal para enfrentar las demandas de trabajo, la asignación excesiva de pacientes por enfermera, y la falta de tiempo para realizar las labores propias de enfermería.
Por otra parte, Chile se caracteriza por ser un país altamente centralizado. Cerca de un 40% de la población se congrega en Santiago y sus alrededores, y la distribución de recursos a lo largo del país es desigual. Un 40% de los hospitales de alta complejidad y cerca de un 50% de los médicos especialistas se concentran en la capital. Es probable que estas diferencias territoriales determinen diferencias en la problemática del burnout entre enfermeras que trabajan en Santiago o en el resto del país (en adelante, se hablará de Santiago y regiones).
Prestar atención a la problemática de burnout es relevante dado que este síndrome impacta no solo en las enfermeras, sino también en los pacientes y en el desempeño global de las instituciones de salud. Aunque las manifestaciones de burnout son variadas, Maslach describe sus rasgos principales como un agotamiento físico y psicológico que genera una actitud fría y despersonalizada en la relación con los demás y un sentimiento de inadecuación en las tareas que se han de realizar. El desgaste emocional es la dimensión fundacional del síndrome de burnout. Los profesionales con burnout se sienten sobrepasados, incapaces de hacer frente al trabajo y desmotivados, todo lo cual acaba afectando su desempeño.
Numerosos estudios avalan la relación entre burnout, seguridad y calidad de atención. También se reconoce que las enfermeras con burnout omiten cuidados necesarios en la atención de pacientes. La satisfacción de los pacientes es otro indicador que da cuenta de los efectos negativos del burnout en la calidad de atención; a mayor desgaste emocional, menor la satisfacción del paciente. Esto puede explicarse por la dificultad que una enfermera con burnout tiene de establecer una comunicación efectiva y de brindar cuidados de calidad. Para las instituciones de salud, tener profesionales con altos porcentajes de burnout implica costos asociados a mayor ausentismo, mayor rotación de personal y disminución en la calidad del desempeño profesional. A esto se suman los altos costos en que se incurre cuando los resultados de los pacientes no son los esperados y se producen complicaciones.