Traumatismo torácico y anestesia Rev Chil Anest 2021
El paciente con un traumatismo torácico es generalmente joven, en edad laboral y se presenta habitualmente como un politraumatizado. En su manejo preoperatorio se deben evaluar las repercusiones funcionales secundarias a las lesiones torácicas (contusión pulmonar, contusión miocárdica, tórax volante, etc.). Éstas adquieren mayor importancia cuando debe administrarse anestesia para la resolución quirúrgica de las complicaciones de orden neurológico, abdominal o de extremidades y, especialmente, cuando se debe llevar a cabo una cirugía torácica de urgencia. Sólo 15% de los pacientes con traumatismo torácico requiere cirugía. En situaciones de urgencia, la anestesia regional está limitada a formar parte de la analgesia post-operatoria o en lesiones parietales extensas. Se trata de pacientes con estómago lleno en los cuales en muchas oportunidades se debe instalar un drenaje torácico previo o durante la inducción anestésica. Se prefiere los agentes de inducción que producen menos compromiso hemodinámico y la mantención de la anestesia con gases halogenados. La intubación monobronquial debe ser prácticamente rutinaria. La ventilación mecánica intraoperatoria debe ser manejada con los conceptos de protección pulmonar provenientes de la medicina intensiva. Una buena analgesia posoperatoria facilita la kinesiterapia respiratoria, evita el deterioro de la función pulmonar y permite una deambulación precoz, todo lo cual contribuye a disminuir la incidencia de complicaciones pulmonares y tromboembólicas