Consenso de farmacia clínica intensiva a nivel nacional. Rev. Med. Chile 2018.
La farmacia clínica es una especialidad de las ciencias de la salud en la que el químico farmacéutico (QF) desarrolla y promueve el uso racional y adecuado de los productos medicinales aplicando principios de farmacología, toxicología, farmacocinética y terapéutica, a través de la intervención clínico-asistencial en la atención de los pacientes. De acuerdo a la Organización Panamericana de Salud (OPS), el QF es un pilar fundamental en el uso racional de los medicamentos en los sistemas de salud y recomienda la continua participación farmacéutica para dicho fin. Esta participación farmacéutica, entendida como una intervención sanitaria, es un conjunto de acciones destinadas a mejorar el uso del medicamento por parte de los pacientes o quienes los tengan a su cargo, obteniendo el máximo beneficio terapéutico y reduciendo efectos colaterales.
Estas intervenciones son resultado de un proceso en el que un QF clínico analiza el contexto clínico del paciente e identifica problemas presentes o potenciales asociados a su farmacoterapia, desarrollando recomendaciones para resolverlos o prevenirlos.
Las Unidades de Paciente Crítico (UPC) son los servicios clínicos que más medicamentos consumen en un hospital, llevándose un alto porcentaje del presupuesto para el arsenal farmacoterapéutico y de los costos en la atención de salud4. Además, los pacientes de estos servicios tienen múltiples y complejos esquemas farmacológicos, asociados a 5 o más medicamentos, definido como polifarmacia5. Estos pacientes son más vulnerables a reacciones adversas a medicamentos y a mayor frecuencia de errores de medicación6. De esta forma, la incorporación de un químico-farmacéutico clínico al equipo de atención de salud, respondería a las recomendaciones de la OPS.