La pandemia en la salud mundial se ha caracterizado por cambiar un modelo sanitario cercano al paciente, hacia un tipo de atención con el menor contacto posible y la mayor cantidad de barreras de protección entre el personal de salud y los usuarios.
Actualmente las nuevas generaciones de usuarios, en especial los niños/as de las distintas sociedades, están experimentando una entrega de salud cada día más lejana, con menos contacto, e incluso con una atención de salud impersonal a través de una pantalla.
La salud sigue cambiando día a día, y la enfermería como garante de los cuidados, siempre ha tenido el desafío de cambiar los espacios de atención de pacientes hacia un modelo humanizado, compasivo y hoy más que nunca inclusivo para todos.
El presente proyecto del quirófano pediátrico inclusivo se concretó recientemente en la localidad de Puerto Aysén – Chile, la iniciativa nace del equipo de enfermería de un hospital público de una zona extrema, aislada, con pocos recursos, pero con la convicción suficiente que la salud pública puede ser mejor, y que los sueños con una mejor atención clínica para los pacientes se pueden hacer realidad, solo si se tiene fe, perseverancia y se lucha por lo que se cree justo.
En Chile el número de enfermeras según la OCDE es relativamente bajo, con 4.2 enfermeras por cada 1,000 habitantes en el 2012, comparado con un promedio de 8.8 en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2014). Pero a nivel nacional se destaca una enfermería que cumple su arduo trabajo, ejerce su rol de gestión del cuidado en el sistema de salud y además marca una diferencia sustantiva con iniciativas que van mucho más allá de sus obligaciones y entregan sentido y pertinencia en sus espacios de trabajo por sus pacientes.
Palabras claves: Humanizando los cuidados infantiles, quirófano, enfoque inclusivo, centrado en el paciente.
