Consideraciones farmaconcinéticas en el paciente crítico. Rev. Med. Chile 2012.
El término “farmacocinética” fue acuñado en los años treinta a raíz de estudios sobre la disposición de fármacos administrados por distintas vías. La relación existente entre la concentración plasmática de un fármaco en el tiempo, generada por los procesos ADME (absorción, distribución, metabolismo y excreción), ha conseguido actualmente utilizar la farmacocinética como una herramienta que permite aumentar la efectividad o reducir la toxicidad de una terapia, ya sea en un paciente individual o en un grupo especial de pacientes. En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) la administración correcta de medicamentos es un desafío diario, dado que los cambios fisiopatológicos propios de los pacientes en estado crítico crean situaciones donde la información farmacocinética, obtenida de pacientes menos graves o sanos, no se ajusta a su situación. Lo anterior se expresa como cambios en uno o varios parámetros farmacocinéticos, ya sea el volumen de distribución (Vd), el tiempo de vida media de eliminación (t ½), la concentración máxima (Cmax) o el clearance (Cl), entre otros. Esto, como consecuencia de disfunciones orgánicas, interacciones entre fármacos, respuesta de fase aguda o intervenciones terapéuticas agresivas, como por ejemplo, la reanimación con volumen o las terapias de reemplazo renal (TRR), tema de estudio de nuestro grupo de investigación. De ahí que el proceso ADME es particularmente diferente al descrito en situaciones normales. Por lo anterior, la aplicación de la farmacocinética clínica aparece como herramienta útil para optimizar la terapia farmacológica, limitando los efectos adversos por sobredosifi cación y/o evitando inefectividad por subdosificación en estos pacientes. El objetivo de la presente revisión es describir y discutir aquellas situaciones propias del paciente en estado crítico que pueden alterar la respuesta terapéutica esperada debido a cambios en la farmacocinética.