El papel de la microbiota intestinal en el desarrollo de la obesidad y de la diabetes de tipo-2
La microbiota intestinal (MI) es un consorcio complejo de más de 1.000 géneros/especies de bacterias además de un gran número de levaduras, virus y fagos aún poco estudiados. Los principales filos bacterianos que entran en la composición de la MI son los Firmicutes y los Bacteroidetes que representan alrededor del 90% de las bacterias totales, y las Actinobacteria; otros filos sub-dominantes tales comolas Proteobacteria, Fusobacteria y Verrucomicrobia también están presentes. Se estima que alrededor de 10 microrganismos, en su gran mayoría (> 99,9%) anaeróbicos, están albergados en el tubo digestivo, principalmente en su parte terminal, el colon. El genoma colectivo de esta microbiota, denominado “microbioma”, tiene más de 5 millones de genes es decir 150 veces más que el propio genoma humano. La secuenciación de este metagenoma derivado de muestras fecales mediante técnicas de alto rendimiento se utiliza actualmente en forma regular para analizar la MI en remplazo de la caracterización individual de los microrganismos. La MI forma con su huésped humano una estrecha simbiosis que es producto de cientos de miles de años de evolución conjunta: ella ejerce funciones metabólicas, nutricionales y de defensa que son indispensables al ser humano mientras que este le entrega nutrientes y condiciones adecuadas para su desarrollo.