🔬 Infecciones por catéter en pediatría: 5 claves clínicas para actuar a tiempo y reducir complicaciones
📍 Introducción
Las infecciones relacionadas con catéter venoso central (CVC) en pediatría representan una amenaza creciente en unidades críticas. Con una incidencia de hasta 3,5 episodios por cada 1.000 días-catéter y un impacto directo en la morbimortalidad infantil, identificar y tratar estas infecciones con precisión es crucial. La reciente guía de consenso SEIP/SECIP (2024) marca un antes y un después al ofrecer recomendaciones claras y basadas en evidencia. En este artículo le presentamos cinco claves clínicas esenciales que usted puede aplicar inmediatamente para optimizar el diagnóstico y tratamiento de la BFRC en pacientes pediátricos no neonatales.
🧫 1. Conocer el perfil microbiológico específico pediátrico
A diferencia del adulto, en pediatría los bacilos gramnegativos (especialmente Klebsiella spp.) tienen un rol más destacado. Aunque los cocos grampositivos como Staphylococcus aureus y SCN siguen siendo frecuentes, el enfoque diagnóstico debe considerar la alta proporción de gramnegativos. Candida spp. es una causa poco común, pero debe tenerse en cuenta en contextos de riesgo elevado, como nutrición parenteral prolongada o inmunosupresión.
🌡️ 2. Sospechar con criterio: síntomas y factores de riesgo
Todo niño portador de un CVC que presenta fiebre sin foco, signos de disfunción orgánica o émbolos sépticos debe ser evaluado para descartar BFRC. El uso reciente y dificultoso del catéter aumenta el riesgo. Factores como nutrición parenteral, neutropenia, múltiples luces o días de permanencia >7, elevan la probabilidad. El juicio clínico debe guiar la toma de decisiones, incluso si existen síntomas respiratorios o digestivos concurrentes.
🧪 3. Diagnóstico microbiológico riguroso: ¿cuándo y cómo tomar hemocultivos?
Siempre se deben obtener hemocultivos antes de iniciar antibióticos. Idealmente, uno debe tomarse del CVC y otro por venopunción. En catéteres con varias luces, se sugiere extraer uno por cada lumen. En casos sin venopunción posible, se puede usar la diferencia de tiempo de positividad (>120 min) entre muestras como criterio diagnóstico. La calidad del volumen recolectado es crítica, especialmente en menores de 5 años.
💉 4. Iniciar antibioterapia empírica adecuada y evaluar necesidad de antifúngicos
El inicio precoz del tratamiento antibiótico mejora el pronóstico. En niños clínicamente estables, sin riesgo de colonización por bacterias multirresistentes (BMR), puede optarse por cloxacilina + ceftriaxona. Si existen factores de riesgo o sospecha de manipulación reciente del catéter, se prefiere vancomicina o daptomicina. La cobertura antifúngica empírica debe reservarse para pacientes con múltiples factores de riesgo. Siempre considere ajustar el esquema según microbiología previa.
🧯 5. ¿Retirar el catéter o intentar conservarlo?
La decisión depende del microorganismo, la evolución clínica y la posibilidad de recanalizar. En infecciones por S. aureus, Pseudomonas spp. o Candida spp., se recomienda la retirada inmediata. Sin embargo, si no es posible, se puede optar por sellado con antimicrobianos activos frente a biofilm, como daptomicina o equinocandinas, siempre junto con tratamiento sistémico. El documento proporciona guías claras para la duración del tratamiento según el microorganismo.
📌 Conclusión
La BFRC en pacientes pediátricos es un desafío clínico de alta complejidad. Este documento de consenso SEIP/SECIP 2024 es una herramienta valiosa para estandarizar la práctica y reducir la variabilidad entre centros. Usted, como profesional de la salud, tiene ahora a su alcance criterios diagnósticos robustos, esquemas antibióticos racionales y pautas claras para la retirada o conservación de catéteres. Adoptar estas recomendaciones puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y una complicación grave. No espere al próximo episodio: actualice sus protocolos hoy.